-no existe un mal camino Kari, simplemente hay albedríos que no son tan libres como parecen, son guías.
- pero si no son libres, si enjaulo mi albedrío y lo dejo todo en manos del destino, podría volver a utilizar mi moneda, para que el azar decida cuantas veces quiera
- la vida, como la pintan no está completa, la trazas sin coincidencias... Pues te he escuchado pedir a gritos desesperados dejar de sentir amor, que lo quieres fuera de tu corazón, que se borren las huellas que dejó en tu piel, también te escuche hacer una promesa a cambio de nada, para que él sea feliz, en la que prometías potenciar su felicidad lo que te queda de vida, en la que entregabas todo lo que tenías en ofrenda a la felicidad que el merecía... Pues déjame decirte mi niña que acto de desprendimiento tan grande tiene sus consecuencias, pues él no escucha lo que yo escucho a diario, el no recoge tus lágrimas una a una hasta que te quedas dormida, él no siente como se te marchita el alma y el cuerpo... Déjame sanarte, déjame cumplir tus pedidos, déjame entregarte el don del tiempo para que aprendas a valorar la paciencia, déjame enseñarte el camino
- pues si no quiero sentir lo que siento, como aceptar lo que me ofreces, como confiar una vez más en que si me escuchas diariamente y aún no me das una salida, vas a regalarme el don del tiempo?
- pues mi nena, hasta yo actuó con el tiempo... Hasta el tiempo tiene su tiempo... Si tu me pides que quite la venda de tus ojos, que te de realidad y entendimiento te lo voy a dar... Pero nada sucede del mismo modo dos veces Kari...
Y con esas respuestas Dios me abrazó una vez más, besó mi frente, me miró a los ojos y sonrió... Ahí supe que hay que caer desde el borde del cielo para entender que hasta Dios tiene su tiempo.
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